Esta leyenda tradicional nos cuenta el fin de un dragón malicioso.
Este dragón se había instalado en una caverna encima del Drachenfels (Roca de Dragones), y cada día solía observar el Rin y acechar los buques pasantes.
Así cuando un buque se encontraba bastante cercano, lanzaba fuego hacia él, haciendo que el buque se quemaba y los marineros infortunados se quemaban o se ahogaban en el Rin.
Un día, un buque apareció. Estaba todo cargado de pólvora, pero el dragón no se percató. Como de costumbre, se acercó, lanzó fuego hacia el buque, vio con satisfacción como se quemó pero después … pum!!!! El buque explotó con un ruido infernal, el cielo se cubrió de escombros y de fuego, y el viento formó de todo esto un gran balón que llevó al dragón malicioso para nunca volver.
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