El Monje de Heisterbach

Cuentos del Siebengebirge, el Monje de Heisterbach
En Heisterbach

El monje de Heisterbach reflexiona sobre «con el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día».

En primer lugar, leamos un poco de la Biblia con el monje de Heisterbach, Nuevo Testamento, 2ª epístola del apóstol Pedro.

«Y sabréis, queridos amigos, que un día es como mil años para el Señor, y mil años como un día.»

«Un día es como mil años …

La abadía de Heisterbach estaba situado en medio de un lindo bosque cerca del Petersberg. En aquel entonces, los monjes pasaban sus días orando y trabando.

Uno de ellos muchas veces reflexionaba sobre la 2ª epístola del apóstol Pedro. «Y sabréis, queridos amigos, que un día es como mil años para el Señor, y mil años como un día.», sin jamás comprenderlo enteramente.

Un día, cuando el monje se paseaba por el jardín del monasterio, reflexionando, escuchó cantar a un pájaro que nunca había oído antes. Sorprendido y encantado, lo siguió al bosque por una pequeña puerta en el muro alrededor del monasterio en el bosque y se alejó marchó más y más hasta que sus piernas ya no lo llevaron, entonces se sentó en un tronco y se durmió.

Cuando se despertó, quiso regresar en seguida al monasterio, y llegó allí en la tarde. Entró para unirse a los monjes para el rezo de noche, y se quedó parado pues no vio ninguna cara familiar. Entonces les rogó que le presentaran a su abad. Allí les dijo su nombre, el año de su entrada en el monasterio y el nombre del abad en aquel entonces. Un largo silencio siguió estas palabras.

… y mil años son como un día»

Por fin el abad le dijo que 300 años habían pasado desde entonces. Uno de los monjes añadió que había leído en los viejos documentos de un monje que había desaparecido en el bosque y que nunca había vuelto. Entonces el monje comprendió: «para Él, 1000 años son como un único día». Una sonrisa feliz apareció en su cara, se cayó y cerró los ojos para siempre.

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