La leyenda tradicional de Hedwig de Wolkenburg tiene lugar durante la época de las Cruzadas en el castillo Wolkenburg.
En aquella época, muchos hombres hicieron expediciones para rescatar Jerusalén de los turcos, dejando a sus esposas y novias en la patria remota.
También Hedwig, la hija del Conde de Wolkenburg (Castillo de Nubes), estaba separada de su novio Friedrich. Los dos se amaban mucho y querían casarse. Así Hedwig, llena de paciencia y confianza, aguardaba el regreso de su querido Friedrich. Un día, un caballero desconocido llegó a la Wolkenburg. Lo había enviado Friedrich para asegurarle a su novia su amor y fidelidad. Pero cuando el caballero vio a Hedwig, se enamoró de ella y mintió, diciendo que Friedrich la había abandonado para casarse con otra mujer. Pero Hedwig se negó a creerlo, tuvo mucha confianza en Friedrich y siguió aguardándolo.
Y de veras, finalmente, un día, Friedrich regresó a Wolkenburg. La alegría de los novios de volverse a ver fue muy grande, y el amigo pérfido fue encerrado en la cárcel. No obstante, tuvo suerte, porque el día de la boda, cumpliendo un deseo de Hedwig, lo dejaron irse.
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